Primera vez: 36 historias de la Guardia Civil en el tiempo (1ª parte)
Con éste reportaje queremos profundizar en muchos aspectos desconocidos en la Guardia Civil, la historia del Cuerpo está llena de innumerables hechos, servicios, anécdotas y curiosidad y otros ya conocidos que nos ayudan a tener una idea clara de lo que es el Instituto. Lo hemos titulado “Primera vez: historias de la Guardia Civil en el tiempo” intentando plasmar aquellas cosas que sucedieron por primera vez.
1.- Primera vez: Que la Guardia Civil tuvo un Director General (1844)
Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, II Duque de Ahumada y V marqués de las Amarillas (V), nació en Pamplona (Navarra), el 11 de marzo de 1803. Nació en el seno de una familia perteneciente a la nobleza y de rancia tradición militar. Como miembro de la aristocracia, se benefició de los privilegios establecidos por Carlos IV para este estamento, y en 1815, con tan sólo 12 años de edad, se le concedió el ingreso en el Ejército con el grado de capitán, en atención a los méritos contraídos por su padre en la Guerra de la Independencia.
Él fue el artífice de la creación de la Guardia Civil y también su primer Inspector General cargo para el que fue nombrado en septiembre de 1844, dos años después fue ascendido a teniente general, permaneciendo al frente del Cuerpo hasta 1856. Tuvo un segundo mandato que comenzó el 12 de octubre de 1856 y finalizo en 1858 cuando fue nombrado Comandante General del Real Cuerpo de Alabarderos.
Murió el 18 de diciembre de 1869 en su casa madrileña de la calle de Factor, a escasos metros del Palacio Real. Su amor a la Guardia Civil era tal, que había ordenado en el testamento su expreso deseo de ser enterrado “vestido con mi uniforme de Inspector General de la Guardia Civil, que tanto me ha honrado […] y quiero también ser bajado hasta el carro y llevado luego al nicho en hombros de los guardias civiles, a quienes ruego asistan todos a mi entierro”. La Benemérita le correspondió con la veneración que hacia su figura han sentido las distintas generaciones de sus componentes hasta hoy y su nombramiento como “Coronel Honorario de la Guardia Civil”, máxima distinción de esta institución. Sus restos mortales reposan en el panteón familiar del cementerio de San Isidro (Madrid).
2.- Primera vez: Se da a conocer la plantilla inicial del Cuerpo (1844)
El 3 de mayo de 1844, el Presidente del Gobierno y Ministro de la Guerra, Capitán General Ramón María Narváez, acepta las siete condiciones impuestas por Ahumada para ser el primer Inspector de lo que sería conocido como Guardia Civil. Un R.D. aprobado en Consejo de Ministros el 20 de marzo de 1844 y sancionado por la Reina ocho días después, daba el visto bueno para poner en marcha un proyecto que perduraría hasta nuestros días.
Fue una dura selección entre lo más granado del Ejército del momento, al final poco más de dos mil hombres fueron los elegidos, en poco tiempo empezaron a desplegarse por España y solucionar los problemas de inseguridad, pero esto conllevo la muerte de muchos guardias civiles en enfrentamientos armados con los delincuentes.
3.- Primera vez: Presentación de la Guardia Civil (1844)
Tras aprobarse el segundo decreto fundacional de la Guardia Civil, el 13 de mayo de 1844, hubo un periodo de reclutamiento y posterior instrucción antes de iniciar el despliegue por el territorio nacional para comenzar a prestar servicio. La primera ocasión en que el Instituto formaba ante la ciudadanía toda vez que la ‘presentación’ oficial en público había acontecido el primero de septiembre en la zona de Atocha para conmemorar la designación del Duque de Ahumada como Inspector General.
La formación que se pudo ver aquel 10 de octubre, con Isabel II que ese día celebraba su 14 cumpleaños, estaba constituida por 2 Jefes, otros 27 oficiales entre Comandantes, Capitanes y subalternos, 5 compañías de Infantería, con un total de 693 guardias y 2 escuadrones de Caballería que sumaban conjuntamente 236 jinetes, destacando la prensa la admiración que despertó la parada por el vistoso uniforme de los guardias y el porte de los mismos.
4.- Primera vez: Armamento inicial (1844)
Tras la creación del Instituto una de las principales prioridades de Ahumada era dotar a sus hombres de armamento, así la Real Orden del Ministerio de la Guerra de 15 de junio de 1844 designaba las armas que debía llevar tanto la Infantería como la Caballería.
La primera de ellas debía “Llevar un fusil más corto de dos dedos que lo ordinario, de calibre de a 15 en libra. Sable de los que usa la Infantería del Ejército. Una pistola pequeña. Cartuchera para cuarenta cartuchos, con correa para ésta de ante de su color, los mismo que el tahalí del sable y ceñidor, teniendo éste chapa sencilla con la cifra G.C.”.
En cuanto a la Caballería “Carabina con bayoneta. Dos pistolas de arzón. Espada de línea. Cartuchera con correa de ante de su color, y gancho para carabina. Cinturón del propio color que la correa de la cartuchera. Silla igual a la que usa la Caballería del Ejército con pistoleras”.
La primera arma larga con lal que se dotó a los guardias civiles fue el fusil modelo 128, de calibre 18,3 mm. (De a 17) que tenía un peso de 4.490 gramos y si se le añadía la bayoneta se elevaba a 4.905 gramos. La longitud total del arma era de 1.050 mm. y con bayoneta 1.870 mm.. El cartucho del fusil modelo 128 era de papel y el tipo de la bala esférica, siendo su peso 27 gramos.
5.- Primera vez: El primer servicio relevante (1844)
Ocurrió un 13 de noviembre de 1844, escasos meses después de la creación del Cuerpo, y fue el relevante servicio realizado al impedir el asalto a la diligencia de Extremadura, los hechos sucedieron así:
Inicialmente, dados los continuos robos a las diligencias de 1844 con muchos bandoleros y gente de mal vivir apostados en los lugares más ocultos de caminos y veredas de una España llena de problemas políticos y de orden social hacía que los hombres del recién creado Cuerpo de la Guardia Civil patrullaran e intentarán volver a la normalidad los lugares de tránsito, por ello ese 13 de noviembre se comunicó que la diligencia que iba a Extremadura había sido asaltada y sus ocupantes robados.
De los pueblos de Móstoles y de Carabanchel la guardia civil al mando del teniente Matías del Campo parten en búsqueda de los forajidos, se dirigen a Navalcarnero y allí sobre las cinco de la tarde, localizan a los ladrones, estos hacen frente y se inicia un tiroteo, al final los guardias capturan a cuatro bandidos, de los cuales quedó uno muerto en el campo, logrado fugarse otros cuatro por lo escabroso del terreno y estar la noche encima.
Dichos sujetos capturados son: Antonio García, natural de Lancara, y vecino de Madrid; Juan Pérez, natural de Fuentes, sin domicilio; José Chacón, natural de Valdepeñas, vecino de Madrid, y el muerto que no se sabe más, que se apellidaba Blanco, todos ellos entre veinte y treinta años.
Dicha partida tenía detenidas unas veinte personas a quienes habían robado las caballerías, dinero y efectos: todo lo que les fue devuelto a la entrada de este pueblo. Los culpables fueron encerrados en la cárcel, que, con el muerto, tres trabucos y municiones, fueron trasladados a la Corte en Madrid.
En apenas una década, la limpieza y ordenación interna en descampado que para acabar con el bandolerismo y la delincuencia que hizo la Guardia Civil resultó un éxito. Bastará consignar este dato: sólo en los años iniciales, 1846 y 1847, el número de aprehensiones verificadas por el Cuerpo ascendió a 40.093 maleantes (delincuentes de todo género, contrabandistas, desertores, prófugos). Tanta eficacia consiguió el objetivo fundamental de su misión: devolver la tranquilidad anhelada a los caminos de España.
6.- Primera vez: Uniforme primero (1844)
El Duque deseaba para la Guardia Civil un uniforme que debía tener estas tres condiciones:
- ° Que el vestuario fuese higiénico, ya que el servicio de sus individuos sería de constante fatiga y a la intemperie tanto de día como de noche.
- ° Que además resultase vistoso y elegante, para lograr con ello personalidad y representación de sus componentes.
- ° Que fuese verdadero y genuinamente español, huyendo de toda similitud con el de otras naciones extranjeras.
Después de muchas idas y venidas y algunas disparidades de criterio se pudo llegar a la meta. Su Majestad la Reina, por fin, estampó su firma a la Real Orden de 15 de junio de 1844 por la que se aprobaba uno de los figurines presentados por Ahumada sobre la uniformidad, que fue el siguiente:
Para la Caballería, la Real Orden citada determinaba el siguiente uniforme:
- Sombrero de tres picos con galón de hilo blanco.
- Casaca de color azul, con cuello, vueltas y solapa encarnada abrochada, con forro azul para el uso diario.
- Hombreras de cordón encarnado y blanco, que servirán de presilla para el correaje.
- Pantalón blanco de paño ajustado.
- Bota de montar para el servicio a caballo.
- Levita azul con vivo encarnado.
- Pantalón azul con borceguí para el servicio a pie.
- Capote azul del admitido en general para montar.
- Cabos y botones blancos, con las iniciales G. C.
- Guante amarillo para montar y el uso diario, y para gala de algodón o estambre blanco.
- Carabina con bayoneta.
- Pistolas de arzón, dos.
- Espada de línea.
- Cartuchera con correa de ante de su color y gancho para la carabina.
- Cinturón del propio color que la correa de la cartuchera.
- Silla igual a la que usa la Caballería del Ejército, con pistoleras.
- Correaje negro con hebillas de metal amarillo.
- Mantilla de patio azul redonda con galón de hilo blanco.
- Maleta del mismo paño, armada con galón de hilo blanco en los costados y vivo encarnado.
Los caballos deberán tener de siete cuartas y tres dedos para arriba (1,755), todos con cola y ninguno blanco ni pío, y de una edad comprendida entre seis y diez años.
En cuanto a la Infantería se estableció:
- Sombrero igual al de la Caballería (de tres picos con galón de hilo blanco).
- Casaca como la de la propia Arma, con faldón ancho.
- Pantalón con vivo encarnado.
- Zapato abotinado.
- Levita azul para diario, que se usaría con el mismo pantalón azul y, en verano, pantalón de lienzo.
- Esclavina de paño verde.
- Fusil más corto dos dedos que el ordinario, de calibre de a 15 en libra.
- Sable de los que usa la Infantería del Ejército.
- Pistola pequeña.
- Cartuchera para 40 cartuchos, con correa para éste de ante de su color, lo mismo que el tahalí del sable y ceñidor, teniendo éste chapa sencilla con la cifra G. C.
Mochila de hule o encerado negro, con correas también de color de ante.