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Historia de la mujer en la Guardia Civil

Historia de la mujer en la Guardia Civil

Hace muchos años

Sorprendentemente cuando citamos a la mujer en las policías de nuestro país creemos que su presencia data de hace poco tiempo, pero la hemeroteca dice lo contrario o al menos en el caso de las matronas que ya en 1852 formaban parte del Cuerpo de Aduaneros, una institución estatal de carácter civil que se creaba en ese año para sustituir a los Carabineros en los recintos aduaneros, para que estos centraran su actuación en las costas y fronteras.

Como consecuencia, se dispone que los diversos gastos de los recintos, hasta entonces gestionados por Carabineros, incluidos los relativos a los haberes de las matronas, pasen con cargo a los Aduaneros, pero la eficacia del mismo fue escasa por lo que tan sólo dos años después, en 1854, era suprimido. Muchos de sus miembros se integraron en los Carabineros, que volvió a desplegar en los recintos.

En la orden de 3 de noviembre de 1861, dictada por el ministro de Hacienda, se tiene constancia de que existían en España 30 plazas de matronas, que habían sido creadas disminuyendo igual número de carabineros de infantería, fijándose un sueldo de 10 reales diarios

Las primeras bases para la admisión de matronas de 1881 (Circular 107 de la Inspección General), poco después se fijan los requisitos para su entrada, permanencia y baja, a saber: “viuda o huérfana de jefe, oficial o individuo de tropa del Instituto, o de jefe, oficial o individuo de tropa del Ejército que hubieren muerto en acción de guerra o de resultas de heridas recibidas en ella, o desempeñando función del servicio”, debiendo adjuntar un certificado de buena vida y costumbre y un certificado médico indicando su salud y robustez para el cargo, la edad mínima para ingresar eran 25 años y máximo 50.

A cada matrona se le abría una hoja de servicios que se encabezaba con su filiación y donde se estampaban correlativamente los servicios prestados, vicisitudes sufridas, ascensos y premios otorgados (bien dinero o condecoraciones) así como castigos impuestos (multas con pérdida de haberes), si alguna volvía a contraer matrimonio era inmediatamente licenciada. Con 54 años se podían licenciar o si lo deseaban continuar dos años más, al igual que lo hacían las clases de tropa de los Carabineros.

Finalizada la guerra civil y mediante Ley de 15 de marzo de 1940 se suprimía la Inspección General de Carabineros y se reorganizaba el Cuerpo, ello significaba que se asumía plenamente el Resguardo Fiscal del Estado, este cambio significó la existencia en el Cuerpo de las llamadas “matronas”, un Cuerpo auxiliar enclavado en la Institución que perduro durante cuarenta años hasta la llegada de la mujer en la Guardia Civil.

Las Matronas en la Guardia Civil

Hemos escrito que con la desaparición de Cuerpo de Carabinero las mujeres que ejercían como matronas fueron de alguna forma absorbidas por la Guardia Civil al tener todas las competencias del Cuerpo suprimido, pero no fue hasta el Decreto de 14 de julio de 1950, publicado en el BOE por el que se aprueba el “Reglamento para el Reclutamiento, Disciplina y Servicios de las Matronas afectas al Cuerpo de la Guardia Civil” cuando se dio unas normas y un articulado a las funciones y otros cometidos de las mismas.

Ese R.D. fue el inicio de la mujer de forma oficial en el Cuerpo, en el mismo se establecia el sistema de reclutamiento del personal que lo formarían. El artículo 1 del capitulo 1 disponia que podían ser nombradas Matronas, solo las viudas y huérfanas del personal del Cuerpo que reunieran determinadas condiciones.

  • Tener la edad de 25 años cumplidos y no exceder de 45.
  • Encontrarse en estado de viudedad o soltería.
  • Teneral buena salud y robustez necesarias para el desempeño del cargo.
  • Acreditar buena conducta moral y politico-social.
  • Demostrar la suficiencia en la prueba de aptitud conforme al cuestionario elemental en vigor.

La aspirante debía cursar una instancia al Director General de la Guardia Civil, exponiendo su deseo de ser Matrona y ser anotada en el registro que se gestionaba en la Sección de Personal de la Dirección General

Este colectivo tenia como principal función llevar a cabo los registros corporales apersonas de su mismo sexo, necesarios para el desempeño de su misión, en el resguardo fiscal, pronto fueron con su traje (chaqueta y falda) verde parte de nuestros aeropuertos.

Años más tarde, en 1957, se publica en el Boletín Oficial del Cuero (BOC) una resolución mediante la cual se declaraba subsisente con el carácter de auxiliar el Cuerpo de Matronas de la Guardia Civil junto al Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar afecto al servicio del Ministerio del Ejército, otro paso más hacia adelante.

Como lo fue la publicación del  Decreto 1436/66 de 17 de junio el Ministerio de Hacienda, donde se declará a este colectivo como tituares de plazas no escalafonas, reconociendose con ello el carcter funcionarial de su relacion de servicios con la Administración del Estado. No obstante, este colectivo siguio rigiendose por la normativa aplicable al personal del Cuerpo y su reclutamiento y disciplina se llevaba a efecto de conformidad con lo dispuesto en el citado Decreto de 1950, en lugar del Decreto número 315/64 por el que es aprobaba la Ley articuada de funcionarios civiles del esdao, modificado parcial y posteriormente mediante Ley 30/84 Mediante Resolución 722/38302/87 de 30 de abril la Subsecretariadel Ministerio de Defensa  convocaban pruebas selectiva para el ingreso como matronas de la Guardia Civil.

Por Resolución de 27 de octubre de 1987 la Subsecretaría de Defensa publicaba el nombramiento de alumnas del periodo de formación y practicas de matronas de la Guardia Civil, el total eran 69, las cuales tras haber finalizado con aprovechamiento el curso seguido en la Academia del Servicio Fiscal de Sabadell fueron destinadas a distintas Unidades del Cuerpo el 28 de diciembre de 1987

La figura de la matrona tenía los días contados desde la publicación en el BOE la Resolución 432/38197/1988 de 18 de marzo, donde se publicaban las plazas de ingreso en la Guardia civil  para la promoción 94, en ese boletín aparecían las bases para poder opositor y ya permitían que las mujeres pudieran hacerlo en igualdad de condiciones de los hombres, por ello hubo solamente una promoción de matronas, pero a todas esas profesionales que en ese momento ejercían esa función había que darles una salida laboral y por ello la Dirección General inicio contactos con la  Dirección General de la Función Pública.

Se les dio a elegir una serie de expectativas con respecto a su futuro laboral, solicitándole que eligieran entre ellas, fueron:

1.- Continuar prestado servicio como matronas de la Guardia Civil, plazas no escalafonadas que permanecerían a extinguir hasta su amortización con ocasión de vacante.

2.- Integración en el Cuerpo como guardias civiles profesionales, siempre que reunieran los requisitos exigidos y superasen las pruebas previstas en la convocatoria y el correspondiente curso de formación.

3.- Concursar a puestos de la Administración del Estado adscritos al Grupo E, en el que se encontraba incluido este colectivo.

4.- Ingreso, mediante promoción interna, en el Cuerpo General Auxiliar de la Administración del Estado, siempre que se estuviera en posesión de la titulación requerida y se superasen las pruebas de selección que se establecieran en las convocatorias.

De entre todas ellas, según el sondeo que se realizo del que hicieron uso 130,  la opción número 3 gano sobradamente con 93 votos, seguida de la cuarta con 19, la tercera obtuvo 11 votos y la 2 sólo 6, quedaba claro que casi todas las que hicieron uso de su opinión querían seguir prestando sus servicio como matronas, permaneciendo a extinguir hasta su amortización con ocasión de vacante.

Al decidir por mayoría la opción de seguir desempeñando sus funciones como matronas la Dirección General decidió no continuar con los contactos con la Función Pública, publicando una Circular el 17 de febrero de 1999 en la que se disponía: “las  matronas dejaran de desempeñar la función específica de cacheos y registro de personal que venían realizando”. Así ese año finalizo siglo y medio de la Unidad de Resguardo Fiscal formada por Matronas.

El  ingreso de la mujer en la Guardia Civil

La base legal de la incorporación de la mujer al ejercito se encuentra en la Constitución Española en la que se establece la igualdad entre hombre y mujeres ante la Ley y el derecho y deber de todos los españoles de participar en la defensa de España.

El proceso de incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas, se llevo a cabo en nuestro país para cumplir el mandato constitucional que prohíbe la discriminación por razón de sexo, y para poner en practica el Plan para la Igualdad de las Mujeres de noviembre de 1987.

La incorporación de las mujeres en la Guardia Civil estuvo plagada de ciertas reticencias, pues algunas personas, algunas de ellas militares y otras guardias civiles, y en otros en estamentos oficiales entendían que las mujeres no debían formar parte de las Fuerzas Armadas ni tampoco de la Guardia Civil, aunque bien es cierto que ya las había en Cuerpos de policías locales y en el Cuerpo Nacional de Policía, en este caso desde hacía poco tiempo.

Se llevaron a cabo varias alternativas para afrontar el tema de la incorporación de la mujer, basadas en la experiencia obtenidas en procesos similares de otros países, eran estas:

a.- Creación de un Cuerpo o especialidad exclusivamente integrado por mujeres (modelo inglés).

b.- Atribuir a la mujer determinados cometidos o funciones administrativas, burocrácticas, técnicas o de otro tipo.

c- Integración total en el Cuerpo, sin ningun tipo de discriminacion en relacion con el hombre y con igualdas de derechos y obligaciones (modelo estadoounidense)

El Gobierno de 1988 tras diversas deliberaciones se decanto por la última opción, la cual debía estar basada en tres principios básicos:

  • La no fijación de cuotas de ingreso
  • La no creación de unidades o servicios exclusivamente femeninos
  • Posibilitar su ingreso en todos los destinos y escalas

Era este un modelo altamente progresista y que ha superado notoriamente al de otros paises de nuestro entorno.

Una vez elegido el modelo de la integración total se anuncia ese 1988 la primera convocatoria de ingreso donde ya se pueden presentar mujeres. Las pruebas psicotécnicas y culturales son idénticas para hombres y mujeres, mientras que las médicas y físicas son específicas para cada sexo.

La Primera Promoción de Mujeres 1988-1989

El 22 de marzo de 1988 se publica en el BOE la Resolución 432/38197/1988 de 18 de marzo, referente a las pruebas selectivas para el ingreso en la Guardia Civil como guardia civil profesional, especificando las condiciones para optar a una de las 2.900 plazas ofertadas que, al ser genéricas, permiten la opción a las mismas de todas aquellas mujeres que consideren reunir los requisitos.

Solicitaron el ingreso 2.773 mujeres y 5.098 hombres, lo que supuso una presencia femenina del 35 por ciento. Casí sin tiempo para estudiar un total de 200 mujeres, un 7,16 por ciento de las presentadas y un 6,89 por 100 del total de aprobados conseguían al final de proceso aprobar y poder ir a la Academia en Baeza.

Señalar que al final ese número de mujeres se quedo en poco para las expectativas iniciales, la explicación era que en aquella época las pruebas físicas eran inguales para todos los opositores sin distintición de sexo y muchas fueron eliminadas en alguna de las  pruebas físicas (alrededor de un 70%), prueba de ello es que hubo 1.103 mujeres que superaron las pruebas culturales mientras solo lo conseguian 1.897 hombres.

En esa primera promoción y aunque el nivel requerido era el de Graduado Escolar hubo casi mil mujeres aspirantes con estudios superiores, incluso se contaba con 181 universitarias, aunque al final sólo 14 de ellas aprobaron, también 633 tenían el BUP terminado y 331 el COU y una promoción con el nivel más alto en estudios jamas conocido hasta la fecha y que es recordada como la mejor academicamente de todas.

Muchas de ellas eran hijas de guardias civiles o militares, de todas que lograron salir ese 1989, 74 eran hijas de guardias, 30 de militares y el resto 96 de otras profesiones, de ellas había 185 solteras.

Conforme transcurría la oposición en la Academia se estudiaba el acomodo de las nuevas alumnas, al final habían previsto que aprobaran entre 150 y 200 aproximadamente, un calculo que no desbarato mucho los planes al estar previsto alojarlas en seis módulos iguales, dotadas de tres plantas cada uno, las dos superiores para albergar a sendas compañías y la inferior para dedicarla a duchas y aulas. Cada compañía podía servir de alojamiento, como dormitorios, a unas cien alumnas distribuidas en “camaretas” en espacios semiabierto. Posteriormente las 406 alumnas de la promoción más numerosa de ingreso, que fue la 98ª, hasta las 20 de cuatro años más tarde que ha sido la más reducida.

Tras nueve meses de un apretado calendario lleno de clases teóricas, prácticas, marchas, ejercicios de tiro, estudio, servicio de armas, exámenes, etc.), la Academia de Guardias de Baeza se engalanaba un calurosos domingo de finales de junio de 1989 para el acto de clausura de un curso novedoso, formados en el Patio de Armas de la Academia varias compañías de hombres y como novedad dos compañías de mujeres que lucían sobre sus cabezas, al igual que sus compañeros hombres, el tricornio, la prenda más conocida del Cuerpo.

Aplausos y encendidos elogios llenaron el patio, su marcialidad levantaron los ánimos de los asistentes, se iniciaría en pocos días su gran prueba de fuego por casi todos los rincones de España, la historia en cuanto a la Guardia Civil se escribiría a partir de ese momento con la mujer como parte importante de la misma.

Y el tiempo hizo normal que las mujeres fueran guardias civiles

Lo que en un principio fue una novedad y un cambio histórico en la Institución se convirtió con el paso de los años en una rutina ya asumida por la sociedad española, atrás quedaron los tiempos en que era la novedad de la población el ver a una mujer realizando una patrulla, ellas tuvieron que demostrar que podían llevar a cabo las labores policiales igual que los hombres, ellas debían demostrar tanto a sus compañeros masculinos como a los habitantes de su demarcación que eran igualmente validas que sus compañeros de uniforme, al final el buen hacer de esas primeras promociones hizo que todo se normalizará y con el paso del tiempo que dejaran de ser vistas como algo no habitual para convertirse en alguno natural y asumido por todos.

Y hoy en día ya todo, después de 35 años, esta normalizado, ellas se han ganado el puesto que les corresponde en la Guardia Civil, ya son cerca de 7.000 las que realizan servicio a diario y cada año ingresan más mujeres, ya muchas de ellas están en las distintas Especialidades con las que cuenta el Cuerpo (Montaña, Marítimo, Perros, G.A.R., etc.) y ya están en todos los escalones de mando, llegando en la actualidad a contar con varias mujeres que son Jefes de Comandancia, una responsabilidad que conlleva el mandar más de 1.000 efectivos en algunos casos.

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