🔰 Serie “La Virgen del Pilar y la Guardia Civil — Historia, tradición y devoción”
Parte 1 – Orígenes históricos (40 d.C. — S. XIII)
Parte 2 – Tradición militar y devoción (S. XIV–1864)
Parte 3 – Patronazgo oficial sobre la Guardia Civil (1864–1913)
Parte 4 – Prohibición y restauración del patronazgo (1931–1940)
Parte 5 – La Virgen del Pilar en la Guardia Civil contemporánea
Parte 6 – Conclusión: legado espiritual y simbólico
Introducción
Si en los siglos anteriores la devoción al Pilar había calado profundamente entre soldados y cuerpos de vigilancia, entre 1864 y 1913 se produce un salto decisivo:
➡️ La Virgen del Pilar pasa de ser una devoción popular a ser la Patrona oficial de la Guardia Civil.
Este proceso no ocurre de un día para otro. Es el resultado de medio siglo de tradiciones, testimonios, vínculos espirituales, ceremonias y peticiones formales.
En esta parte analizamos cómo nació, creció y se consolidó el Patronazgo oficial, que culminaría en 1913 con el Decreto de Alfonso XIII.
El Colegio de Guardias Jóvenes (1864): semilla del patronazgo
El vínculo institucional entre la Guardia Civil y el Pilar comienza en 1864 con la creación del Colegio de Guardias Jóvenes por el Duque de Ahumada.
Allí, cientos de jóvenes:
- huérfanos del Cuerpo,
- hijos de guardias fallecidos en acto de servicio,
- futuros integrantes del Instituto,
recibían una fuerte formación moral, ética y religiosa.
En el Colegio se fomentaba:
- la disciplina,
- el honor,
- la rectitud,
- los valores del Cuerpo,
- la devoción a la Virgen María,
especialmente en la advocación del Pilar.
Para muchos guardias jóvenes de finales del siglo XIX, el Pilar se convirtió en su referencia espiritual de protección y servicio.
Crecimiento de la devoción en el Cuerpo (1864–1900)
En las siguientes décadas, la tradición se extendió progresivamente por:
- Tercios y Comandancias,
- Unidades de Caballería,
- Puestos rurales,
- Cuerpos docentes,
- Escuelas y academias,
- Oficiales y tropa.
Cada vez era más habitual que:
- guardias civiles llevaran medallas del Pilar,
- se celebraran misas en su honor,
- se realizaran ofrendas,
- se depositaran flores en el Pilar,
- las madres de guardias pidieran su protección,
- se la considerara “Madre y Auxilio” de quienes velaban por los caminos.
La devoción se convirtió en parte cotidiana de la vida del Cuerpo.
Primeras peticiones oficiales en el siglo XIX
A finales del siglo XIX empiezan a registrarse solicitudes formales de reconocimiento del Pilar como Patrona del Instituto:
- Peticiones de Tercios completos
- Cartas de oficiales
- Pronunciamientos de capellanes castrenses
- Testimonios recogidos en diarios y órdenes generales
Todos coincidían:
➡️ El Pilar encarnaba los valores de la Guardia Civil mejor que ninguna otra advocación mariana.
Pero aún faltaba un paso decisivo: elevar la petición oficialmente al Ministerio de la Guerra y al Rey.

El proceso que conduce al Decreto de 1913
Entre 1900 y 1913 se produce el tramo final del proceso:
1. Crece la devoción institucional
La figura del Pilar comienza a aparecer en:
- actos oficiales,
- celebraciones locales,
- festividades en cuarteles,
- formaciones y discursos,
- ceremonias religiosas del Colegio,
- publicaciones internas.

2. Se formula la petición oficial
Un grupo de oficiales eleva al Ministerio de la Guerra la propuesta formal de patronazgo.
El argumento central era claro:
La Virgen del Pilar es desde hace décadas la referencia espiritual de los guardias civiles. Solo falta el reconocimiento oficial.
3. El rey Alfonso XIII evalúa y aprueba la propuesta
El Rey, muy conocedor del espíritu del Instituto, acepta la solicitud y ordena redactar el decreto.
El Decreto del 8 de febrero de 1913: el Patronazgo es oficial
Finalmente, el 8 de febrero de 1913, el Rey Alfonso XIII firma el decreto por el que:
La Virgen del Pilar es declarada Patrona de la Guardia Civil.

Este documento supone:
- la culminación de un proceso de siglos,
- la consagración espiritual del Cuerpo,
- el inicio de celebraciones oficiales,
- la integración del Pilar en la identidad institucional.
A partir de ese año, el 12 de octubre se convierte en día señalado para el Instituto, y las ceremonias del Pilar comienzan a extenderse por toda España.

Primeros años del patronazgo (1913–1931)
Tras la proclamación oficial:
- Se organizan misas solemnes en cuarteles
- Se institucionaliza la ofrenda a la Virgen
- Se extiende el uso de la medalla del Pilar entre los guardias
- El Colegio de Guardias Jóvenes celebra actos extraordinarios
- Se incorporan referencias al Pilar en discursos y formaciones
- Se crea el hábito de que cada promoción tenga una fuerte vinculación espiritual con la Patrona

La devoción deja de ser solo tradición:
➡️ Se convierte en identidad del Cuerpo.

Tabla resumen – Parte 3
| Hito | Año / Periodo | Descripción |
|---|---|---|
| Fundación del Colegio de Guardias Jóvenes | 1864 | Primer vínculo institucional con el Pilar |
| Extensión de la devoción en el Cuerpo | 1864–1900 | Tradición consolidada entre oficiales y tropa |
| Primeras peticiones de patronazgo | Finales S. XIX | Solicitudes formales de Tercios y oficiales |
| Proceso de aprobación | 1900–1913 | Evaluación del Ministerio y del Rey |
| Decreto oficial | 8 febrero 1913 | Alfonso XIII declara a la Virgen del Pilar Patrona de la Guardia Civil |
| Primeros actos oficiales | 1913–1931 | Celebraciones institucionales y actos solemnes |
Conclusión
El Patronazgo de la Virgen del Pilar no es un nombramiento simbólico ni ornamental.
Es el reconocimiento oficial de una devoción que había nacido siglos antes y que, durante más de 50 años, se había convertido en parte esencial del espíritu de la Guardia Civil.
El decreto de 1913 consagró una relación que sigue viva:
La Guardia Civil se acoge al Pilar como Madre, guía y protección en su servicio diario.
Sigue leyendo la Parte 4
👉 La devoción en tiempos difíciles: prohibición y restauración (1931–1940)
FAQ – Parte 3: Patronazgo oficial
En 1864, con la creación del Colegio de Guardias Jóvenes.
Diversos oficiales y capellanes del Cuerpo, que elevaron la propuesta al Ministerio de la Guerra.
El 8 de febrero de 1913 por el Rey Alfonso XIII.
Se oficializaron celebraciones, ritos, actos solemnes y la devoción quedó integrada en la identidad del Instituto.



